¿QUE TE REGALO EL CONFINAMIENTO?

El gran regalo de este confinamiento ha sido conocer el verdadero valor del tiempo. ¿Te has puesto a pensar cuántas horas dejabas de dedicarte a ti y a las cosas que son realmente importantes por estar horas en el coche?. 

Solíamos poner todo antes de atendernos a nosotros mismos. Vivíamos con prisa pensando que hacer tantas cosas era lo importante.  Hoy nos damos cuenta que nos llenamos con las cosas simples de la vida: disfrutar hacer tarea con nuestros hijos, darle el tiempo a la hora de la comida y convivir con la familia, pintar una mandala y dedicar tiempo al jardín, pensar en qué vamos a comer y ocuparnos de nuestra alimentación es ahora un placer. 


¿Qué pasará ahora que nos reincorporamos a nuestras actividades?


Ahora viene la prueba más grande que es no dejar de hacer todo lo que nos llena tanto por volvernos a ocupar de lo demás. El equilibrio es lo más sabio que podemos emplear.

Te invito a que eso que disfrutas tanto, te llene el alma y haz descubierto en estos tiempos lo vuelvas parte de ti.

El romper viejos paradigmas del pensamiento en donde si no nos cuesta trabajo hacer las cosas puede ser historia; ahora balancear el trabajo, la familia, el pasatiempo favorito y preparar tus alimentos pueden ser realizados con facilidad y gracia. 

Vamos por vivir una vida plena y ver todo lo que sí tenemos y hemos logrado. 


Así pasa con el peso, veo constantemente que las personas siempre están viendo los kilos que faltan por bajar y no ven  los kilos que ya lograron perder. Agradecer lo que sí tenemos y ver la abundancia que hay en nuestra vida desde la familia que tenemos, el alimento que comemos y todo lo que sí existe. Estoy presente a que parte de lo aprendido en esta etapa es cuidar y saber que no estamos solos, si yo me contagio puedo contagiar a los demás y por ende afectar a muchas más personas; no solo los virus, también mis actos tienen un efecto en los demás. 


 

Y tú.. ¿qué cosas haz hecho en el confinamiento y deseas seguir haciendo en el futuro?...Cuéntanos!

 

L.N. Alexandra Drijanksi

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