La relación de los micronutrimentos y la función inmunológica en tiempos de COVID-19

Los micronutrimentos contribuyen a la función inmunológica a través de una variedad de vías en las respuestas inmunitarias tanto innatas como adaptativas. Las vitaminas C, D, junto con el zinc y el selenio, protegen contra el daño de los radicales libres durante el aumento del estrés oxidativo. Se puede lograr una ingesta adecuada de estos micronutrientes a través de una dieta diaria que incluya carne, pescado, lentejas, frijoles, productos lácteos, nueces, semillas, huevos, frutas cítricas, kiwi, guayaba, fresas y verduras como como brócoli, coliflor, calabaza, espinaca, camote y zanahorias. 


En las personas infectadas con COVID-19, el estado nutricional es un factor crucial para un pronóstico óptimo y puede determinar la gravedad clínica de COVID-19. La suplementación dietética con vitaminas A, C y D, minerales como selenio, zinc,  ácidos grasos omega 3 y probióticos pueden prevenir las complicaciones contra COVID-19 e infecciones pulmonares. 


VITAMINA A


Es una vitamina liposoluble y antioxidante, es necesario para la visión sana, dientes, huesos, piel sana.  Estimula y mantiene alerta al sistema inmune, es necesaria para el desarrollo de linfocitos T y B (glóbulos blancos de la sangre), son los soldados que defienden y destruyen  las células infectadas.  


  • Retinol es la forma activa de la vitamina A está en alimentos de orígen animal como el hígado, yema de huevo y leche entera, 
  • Provitamina A- Betacarotenos está alimentos vegetales y al entrar al organismo se convierten en retinol que es la forma activa para aprovecharse en el organismo; está en frutas y verduras  de colores intensos.  


Para obtener su recomendación diaria incluye : 1 taza de kale o col rizada o  2 tazas de espinacas o 1 zanahoria o 1 camote.

Los suplementos deben ser bajo supervisión médica, ya que pueden ser tóxicos.



VITAMINA D

La vitamina D es importante para la salud, específicamente para la salud de los huesos. Los niveles adecuados de vitamina D pueden tener un impacto en algunas enfermedades como: osteoporosis, osteopenia, cáncer, esclerosis múltiple, diabetes tipo 1 y tipo 2, hipertensión y raquitismo. Sin embargo, más del 80% de la población es deficiente en ella  debido al  lugar en donde viven, edad, raza, entre otras.


También es importante tomar en cuenta que para activar la vitamina en nuestro organismo son necesarios los rayos solares, por lo que es recomendable exponerse a la luz del sol de 15 a 20 minutos diariamente antes del mediodía. 

Los receptores de vitamina D se encuentran en las mitocondrias que es donde se produce la energía celular. Cuando tenemos una deficiencia de vitamina D no hay señalización en estos receptores lo que provoca estrés oxidativo. Dando como resultado que seamos más propensos a enfermedades e infecciones.

Esta vitamina juega un papel fundamental en la activación de la respuesta inmunitaria. Tiene propiedades antiinflamatorias e inmunorreguladoras, De hecho, la vitamina es tan importante para la función inmunológica que los niveles bajos de vitamina D se han asociado con una mayor susceptibilidad a infecciones, enfermedades y trastornos relacionados con el sistema inmunológico, se asocian con un mayor riesgo de enfermedades respiratorias, como tuberculosis, asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), así como infecciones respiratorias virales y bacterianas.

En un estudio reciente se determinó que un nivel óptimo en sangre de vitamina D mínimo de 30 ng/mL; la deficiencia es menor a 15 ng/mL y la insuficiencia entre 15 y 23 ng/mL; ayuda a reducir complicaciones hasta la muerte en pacientes hospitalizados con COVID-19. De hecho se vio que aunque los valores son normales de vitamina D el hecho de suplementarse ayuda a prevenir complicaciones relacionada al COVID-19.

Se analizaron los datos hospitalarios de 235 pacientes con COVID-19. En los pacientes mayores de 40 años, que tenían niveles adecuados de vitamina D tenían un 51,5% menos de probabilidades de tener complicaciones: como pérdida del conocimiento, hipoxia y muerte, en comparación con los pacientes con deficiencia de vitamina D. 

Además, algunos estudios han indicado que los suplementos de vitamina D reducen un 12% el riesgo de desarrollar al menos una infección respiratoria aguda. Además, la revisión encontró que los suplementos de vitamina D fueron más efectivos para proteger contra infecciones respiratorias agudas cuando se tomaron diaria o semanalmente en pequeñas dosis y menos efectivos cuando se tomaron en dosis más grandes y espaciadas. Y se ha demostrado que los suplementos de vitamina D reducen la mortalidad en los adultos mayores, quienes tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias como COVID-19.

La deficiencia de vitamina D genera un proceso conocido como "tormenta de citocinas". Las citocinas son proteínas que forman parte integral del sistema inmunológico; pueden tener efectos tanto proinflamatorios como antiinflamatorios y desempeñar un papel importante, ayudando a proteger contra infecciones y enfermedades. Una tormenta de citocinas se refiere a la liberación incontrolada de citocinas proinflamatorias que tiene lugar en respuesta a una infección u otros factores. Esta liberación desregulada y excesiva de citocinas conduce a un daño del tejido y hace la enfermedad más grave y progresiva; esta es una de las principales causas de la dificultad respiratoria aguda (SDRA) en COVID-19.

Es importante conocer los niveles que tenemos de este en sangre para poder suplementar adecuadamente. En estos momentos se recomienda suplementar con 4000 unidades/día de vitamina D3. Es liposoluble así que lo ideal es suplemento consumirlo junto a un alimento rico en grasa saludable como aguacate, aceite de coco, ghee, nueces, almendras y  semillas entre otros. 




VITAMINA C

También conocida como ácido ascórbico, es una vitamina hidrosoluble, se disuelve en agua y se elimina por la orina.  Se necesita para el crecimiento y reparación de todos los tejidos del cuerpo; repara y mantiene el cartílago, sana heridas y ayuda a la cicatrización y ayuda a que el hierro se absorba. Es antioxidante, actúa bloqueando parte del daño que causan los radicales libres y nos protege contra el estrés que estamos viviendo en estos momentos. Ayuda a personas con infecciones respiratorias a que los síntomas sean menos graves y la enfermedad dure menos tiempo. Su deficiencia nos vuelve más propensos a infecciones respiratorias.  

Es importante consumir frutas y verduras naturales, crudas y sin cocer;  ya que si las cocemos en agua, al vapor o en microondas estas pueden perder cantidades importantes  de vitamina C. La exposición a la luz también puede afectar  el contenido de esta vitamina. Es muy importante consumir alimentos ricos en vitamina C  ya que  el organismo no la produce ni la almacena;  encuentra en pimiento rojo, kiwi, guayaba, naranja, fresas, papaya, kale o col rizada, brócoli, piña, moras, limón y  toronja.

La recomendación de la suplementación de vitamina C máxima  es de 1000 miligramos. La suplementación puede tener efectos secundarios como: acidez estomacal, náuseas, vómito, diarrea, cólicos estomacales, esofagitis y dolores de cabeza; especialmente cuando la dosis es más elevada a 2000 miligramos. En algunas personas, la suplementación oral de vitamina C puede aumentar la excreción de oxalato en la orina y formar cálculos renales.

Al elegir un suplemento es sumamente importante que la vitamina C sea extraída de fuentes reales de alimentos para optimizar su absorción; que no tenga colorantes, aditivos ni conservantes.


ZINC

Es un mineral esencial que desarrolla un sin número de funciones en el cuerpo: regula insulina, potencializa la función del sistema inmune para que esté más fuerte. El zinc potencia la efectividad del retinol (vitamina A). Mantiene y desarrolla las células del sistema inmunológico; activa y apoya a la maduración de los linfocitos, son los soldados, van a encender un switch para que el sistema inmune esté listo para ayudarnos a evitar enfermedades respiratorias o aminorar sus síntomas.  Ayuda a controlar la inflamación y a prevenir las respuestas inflamatorias elevadas.

La falta de nutrientes esenciales en el suelo ocasionan que buena parte de la población tenga carencia de este mineral. El zinc  es un mineral "esencial" porque se debe obtener de la dieta, ya que el cuerpo no lo produce. Se encuentra en: semillas de calabaza, cordero, nuez de la india, espinaca y carne de res alimentada con pasto.

La mejor forma de tomar zinc como suplemento es en su forma quelada, ya que no irrita las mucosas gástricas. Se ha demostrado que la suplementación de zinc ayuda  a reducir los síntomas de enfermedades virales.  La deficiencia de zinc es común en todo el mundo, un informe de 2019 estima que hasta el 17% de la población mundial está en riesgo de ingesta inadecuada de zinc. La suplementación es de 20-30 mg diariamente, por la mañana con alimentos.

 


SELENIO

Es un componente de las enzimas antioxidantes, particularmente la glutatión reductasa, es clave para reparar tejidos en todo el cuerpo. Aumenta la inmunidad, defiende contra el daño de los radicales libres y la inflamación; y es clave en el mantenimiento de un metabolismo saludable.  Puede ayudar a mejorar la resistencia contra las enfermedades y los efectos del estrés. Su capacidad para combatir el estrés oxidativo y la inflamación se debe a los diferentes tipos de selenoproteínas que se encuentran en el selenio. Algunas de las selenoproteínas son esenciales para la defensa contra las infecciones virales, el control de la señalización de la hormona tiroidea, la protección contra el estrés oxidativo, el plegamiento de proteínas y la salud mitocondrial. Las glutatión peroxidasas y la tiorredoxina reductasa son selenoproteínas críticas para la defensa antiviral a través de su señalización redox y actividades homeostáticas. Por lo que mejorar los niveles de selenio mediante medidas nutricionales o suplementos puede ser útil para reducir las complicaciones causadas por COVID-19.

Según los estudios, consumir alimentos con selenio; puede tener efectos antivirales positivos, favorece la fertilidad y la reproducción e incluso puede reducir el riesgo de cáncer, enfermedades autoinmunes y tiroideas. 

Para lograr la recomendación diaria de selenio lo puedes alcanzar al consumir 1 nuez del Brasil, 140 gramos de semillas de girasol, 150 gramos de salmón,  200 gramos de atún y 140 gramos de sardinas.

ÁCIDO GRASO  OMEGA 3

El omega 3 es  un ácido graso poliinsaturado; es esencial ya que el organismo no puede producirlo, está presente en el aceite de pescado de aguas frías, que tiene beneficios antiinflamatorios y es esencial para la salud cardiovascular.

Investigadores del Instituto de Investigación de Ácidos Grasos y del Centro Médico Cedars-Sinai en Estados Unidos encontraron que niveles más elevados de omega 3 en sangre pueden reducir el riesgo de muerte por COVID-19. Ya que el efecto antiinflamatorio de la suplementación con omega 3 en pacientes sintomáticos con COVID-19, disminuyeron en un  25%  la proteína C reactiva, dando como resultado una reducción significativa en los procesos inflamatorios en sangre y una mejoría en los síntomas de las personas con COVID-19. Se encontró  que dosis altas  hasta de 4 gramos de omega 3 al día  tienen un mayor beneficio en los procesos inflamatorios y en la formación de coágulos sanguíneos siendo estas complicaciones presentando COVID-19. 

Por otro lado como mencionamos anteriormente en la vitamina D la “tormenta de citocinas” es una respuesta inflamatoria excesiva que agrava los síntomas de COVID-19; los ácidos grasos omega-3 (DHA y EPA) tienen potentes actividades antiinflamatorias por lo que pueden amortiguar la “tormenta de citocinas” de COVID-19.

La recomendación en la  suplementación de omega 3 es de 1 gramo al día. El exceso en suplementación puede tener efectos negativos para la salud.


PROBIÓTICOS 

Son las bacterias buenas que viven en nuestro organismo, son aproximadamente 2 kg y nos ayudan a producir biotina, vitamina k, ácidos grasos de cadena corta a partir de la fibra que no digiere de los alimentos. 

  • Compiten con bacterias patógenas para regular el pH intestinal.
  • Mejoran la función de la barrera intestinal, lo que bloquea la entrada de microorganismos patógenos.
  • Regulan el sistema inmune ya que estimulan la producción de linfocitos B.
  • Se afectan con el consumo de antibióticos, azúcares blancos y harinas refinadas ya que están cloradas.

Tomar un suplemento probiótico diario puede ser útil para ayudarnos a mantener un buen equilibrio intestinal para apoyar la salud digestiva e inmunológica. Se encuentran en alimentos fermentados como yogur, kéfir y verduras fermentadas (chucrut, kimchi, miso y tempeh), pero la mayoría de las personas consumen estos alimentos en  muy poca cantidad.

Una microbiota protectora diversificada y las actividades de algunas cepas de probióticos refuerzan el sistema inmunitario. Es por eso la importancia de incluirlos como suplementos, junto con una dieta adecuada para el refuerzo de la barrera intestinal, así como las estrategias antiinflamatorias y antioxidantes.

 

L.N. Ana Karen López

 

 

 

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